lunes, 18 de enero de 2010

A Santiago, como los Reyes Magos


Un grupo de castellanos y sevillanos avanzan por el Camino Francés con camellos, dromedarios y un carruaje de caballos

O Cebreiro tuvo ayer una segunda versión de una cabalgata de Reyes. Diez días después de la fiesta en la que se recuerda a Melchor, Gaspar y Baltasar, la puerta de entrada del Camino Francés en Galicia vio cómo la ruta jacobea le permitía disfrutar de una escena peculiar: un grupo de ocho peregrinos que se dirigen a Santiago con tres camellos, cinco dromedarios y seis caballos, que tiran de un carruaje, llegaron al poblado tras completar una etapa iniciada en Vega de Valcarce.

Los peregrinos no proceden de un Oriente más o menos remoto, sino de dos zonas de España bien concretas: cuatro son de Tudela de Duero (Valladolid), y cuatro, de Sevilla. En la población castellana iniciaron la experiencia, que les permitirá llegar a Santiago el próximo sábado si las previsiones se cumplen.

Aunque la estampa de ver camellos, dromedarios y caballos de pura raza española en una localidad como O Cebreiro, que ayer aún ofrecía un paisaje nevado para hacer más llamativo el contraste, los peregrinos muestran unas impresiones que no difieren de otros testimonios.

«Gentes hospitalarias»

Javier García Álvarez, uno de los que viven en Tudela de Duero, aseguraba ayer, poco después de llegar a O Cebreiro, que la experiencia resultaba en general muy positiva: comprobar que cada día ofrece «un mundo diferente» y que «las gentes son hospitalarias» constituyen, dijo, dos de los aspectos apreciados desde que el pasado día 8 se pusieron en marcha. La expedición se incorporó al Camino Francés en Sahagún.

El grupo se divide en dos familias. A Javier García lo acompañan dos hijos, Casiano y Marco, y un amigo, Oliver Fernández. El cuarteto andaluz está formado por José Vázquez, dos hijos suyos -Jesús y Daniel- y su cuñado, Manuel Gutiérrez.

Javier García está al frente de una empresa que tiene camellos y dromedarios para utilizar en fiestas, actos publicitarios y cabalgatas, en tanto que los sevillanos son cocheros que realizan recorridos por el centro de la ciudad de Sevilla. Todos han ido a romerías como la del Rocío, aunque, dice García, esta experiencia es única, como también parece serlo para quienes ven pasar la comitiva: la gente, explica, «al principio mira con asombro, y luego, con admiración».

Enlace con la noticia de La Voz de Galicia publicada el día 18/01/2010
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