Alimentos lácteos pretende cerrar antes de que acabe este mes un acuerdo con el grupo Leche Pascual para alquilar, con opción de compra, la fábrica que la empresa burgalesa tiene en la localidad lucense de Outeiro de Rei. A las cinco cooperativas que constituyen la punta de lanza de este proyecto, liderado por La Arzuana, se sumarán en breve otras tres, dos de Lugo y una de Pontevedra, de forma que la sociedad empezará a gestionar unos 400.000 litros de leche al día, 10 millones mensuales. El gerente de esta nueva empresa, Roberto Casas, defiende la solvencia del proyecto.
Después de meses de especulaciones, ¿parece que la propuesta de Alimentos Lácteos es la que puede llevarse el gato al agua?
Así es. Tenemos un proyecto claro y con un plan de negocio serio. Lo que queremos es poner en marcha la fábrica en el menor tiempo posible y demostrar nuestra solvencia en el mercado, que es donde hay que demostrarla.
De todas formas, Alimentos Lácteos continúa negociando con Pascual. ¿Todavía no ha llegado a un acuerdo definitivo?
Todavía estamos manteniendo reuniones con el grupo Leche Pascual. Tendremos un encuentro cada semana hasta finales de enero y queremos cerrar aquellos aspectos que quedaron abiertos en el acuerdo de intenciones. A partir de ahí, la voluntad de las dos partes es formalizar cuanto antes ese alquiler con opción de compra y reiniciar el trabajo en la fábrica.
¿Cómo son las relaciones con la directiva de Pascual?
Igual que cuando estábamos negociando el acuerdo de intenciones. Son cordiales y existe un buen entendimiento entre las dos partes. Pascual se quita de encima un problema y nosotros aprovechamos, por así decirlo, una oportunidad. Por lo tanto, el interés es mutuo.
¿Qué falta entonces para alcanzar ese acuerdo definitivo?
Estamos negociando un acuerdo de manufactura, con maquila, yhay varios aspectos que tenemos que cerrar desde el punto de vista legal, pero no puedo hablar de ellos porque existe un acuerdo de confidencialidad entre ambas partes. En cualquier caso, son puntos que, sin ser excesivamente importantes, pueden influir en el correcto funcionamiento operativo de la planta.
En cualquier caso, ¿esperan alcanzar un acuerdo rápido?
Sí, somos optimistas. Nuestro interés y el de Pascual es alcanzar lo antes posible a un acuerdo. Evidentemente, si decimos que falta poco para llegar, la idea es cerrarlo cuanto antes. No puedo hablar de un plazo concreto. Está claro que la fecha límite es el 9 de febrero, pero nuestra intención es tenerlo todo preparado a mediados de enero para firmar ya, en condiciones, el alquiler de la planta.
Este proyecto ha recibido muchas críticas por parte de distintos agentes del sector primario gallego. Se ha llegado a decir que no era solvente o que había detrás motivaciones políticas. ¿Qué opiniones provocan estos comentarios en Alimentos Lácteos?
No entramos a valorar ese tipo de acusaciones o ataques. Nosotros hicimos un plan de negocio muy bien pensado, trabajado por nosotros mismos, que nos ocupó muchas horas. Ahora está ahí, para ponerlo en práctica, y no queremos entrar en ningún tipo de polémica. Pienso que la solvencia del proyecto se tiene que demostrar en el mercado y en la calle, con hechos.
¿Opina entonces que el proyecto está suficientemente avalado desde el punto de vista económico para tener éxito?
Completamente, el apoyo de las entidades financieras con las que contactamos es total e incluso tendremos que elegir, porque hemos encontrado una buena respuesta en todas aquellas con las que hablamos. Eso quiere decir que vieron que es un proyecto con futuro y con gente por detrás que está ilusionada y que es profesional. Por ello, opino que esa parte está plenamente consolidada.
¿Qué pasará con las 74 personas que todavía forman parte de la plantilla de la fábrica?
Asumiremos completamente la plantilla que heredaremos del grupo Leche Pascual, con las mismas condiciones que habían pactado. A partir de ahí, tendremos que ver si la composición es la adecuada y analizar si es necesario reforzar el personal, porque algunos técnicos dejaron la fábrica.
¿Cómo será la relación comercial con sus proveedores?
Queremos que quede muy claro que vamos a cumplir al 100% los contratos lácteos e intentaremos pagarle al ganadero un precio justo, porque es un proyecto del campo y para el campo. Sería una gran traición por nuestra parte hacer lo contrario, aunque tampoco podamos pagar un sobreprecio, porque sería nuestra ruina. Nuestro objetivo es cubrir los costes operativos de la fábrica y que los beneficios repercutan en las explotaciones.
¿Qué plazo maneja la sociedad para reiniciar la producción de la fábrica?
Estamos interesados en empezar cuanto antes, pero hay una serie de impedimentos que nos obligan a aceptar un tiempo de espera, como es la compra del cartón u otras cosas que no se solucionan de un día para otro. Nuestra idea es estar en la calle en marzo.
¿El objetivo final sería llegar a una producción de 800.000 litros por día?
Ésa sería, por así decirlo, la capacidad máxima de la planta, aunque llegó a envasar, en momentos puntuales, más de un millón de litros. Pero, en cualquier caso, tenemos que acompañar la producción industrial con el mercado, porque no podemos ponernos a
envasar leche si no tenemos a clientes interesados en comprarla. Por lo tanto, nuestro objetivo es acabar este año con una producción diaria que ronde los 500.000 litros.
Hay quien dice que es arriesgado poner en marcha un proyecto para envasar leche líquida en este momento. Es de suponer que los riesgos también han sido sopesados...
Arriesgado es y no es. Es un mercado con un margen muy reducido, pero si trabajamos con una fábrica con unos gastos ponderados y un personal adecuado, será factible.
Enlace con la noticia publicada en El Progreso del día 06/01/2010
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