sábado, 2 de enero de 2010

Galicia inicia el año santo, que traerá 10 millones de visitantes


La catedral se prepara para una afluencia de personas mayor ante un evento que tardará once años en repetirse - El arzobispo de Santiago sitúa el Xacobeo como un faro de luz ante la actual «crisis moral, cultural y social»

La apertura de la Puerta Santa inauguró oficialmente el año santo del 2010, que se celebra bajo el lema «Peregrinando hacia la luz» , en el que Galicia espera recibir a diez millones de visitantes en un marco de restricciones económicas que augura un programa de actividades del Xacobeo austero y con los fastos justos.

El ralentí con que se desplomó el muro de piedra que tapiaba la Puerta Santa puede ser un augurio. Tardó en caer unos minutos desde que el arzobispo compostelano, Julián Barrio, dio los tres simbólicos golpes con el magnífico martillo de plata adornado con piedras de lapislázuli, y quedó franqueada para recibir a los diez millones de peregrinos que se esperan que vengan a Santiago a lo largo de este año jubilar, que tiene lugar seis años después del anterior y que tardará en repetirse once años.

La ceremonia para el ritual de la apertura del año santo dio comienzo a las 16.15 horas del jueves con la entrada en la plaza del Obradoiro del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, que aguantó impertérrito un tremendo chaparrón mientras recibía los honores del batallón de la Brigada Aerotransportable Isabel la Católica como delegado regio en el solemne acto. La lluvia amainó a los pocos minutos de iniciarse la procesión presidida por el arzobispo, que salió de la catedral por la puerta de Platerías y que discurrió hasta el estrado montado en A Quintana, el más cuidado en cuanto a escenografía, frente a la Puerta Santa, en el que se celebró la ceremonia previa a la liturgia en el interior de la catedral, hora y media después.

La clave espiritual de la peregrinación jacobea la marcó el Papa, Benedicto XVI, en las palabras que leyó en la plaza el nuncio de Su Santidad en España, Renzo Fratini. Entre los cuatro puntos de este texto destaca la recomendación de aprovechar el peregrinaje a Santiago como «una oportunidad particular para que los creyentes recapaciten sobre su genuina vocación a la santidad de vida, se impregnen de la Palabra de Dios y reconozcan a Cristo». También se pronunció en esos términos el arzobispo Julián Barrio en su homilía, que fue más directo al decir que es urgente «iluminar con la luz de la fe las cuestiones que conciernen al presente y al futuro de la sociedad», y que «en medio del proceso de descristianización, el año santo no es una huida espiritualista ni un discurso religioso vacío». Esta celebración, dijo, es un faro de luz «para el hombre actual sumergido en una profunda crisis moral, cultural y social». Concluyó que las nuevas realidades «exigen nuevas respuestas».

En la ceremonia participaron cerca de 200 miembros de la Iglesia; parte del Gobierno gallego, la corporación municipal compostelana salvo el grupo nacionalista, representantes de las instituciones políticas, militares y sociales, e invitados como los ex presidentes Fernández Albor y Manuel Fraga.

Enlace con la noticia publicada en La Voz de Galicia del día 2/01/2010
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